Me llamo Carolina Contreras, tengo 47 años y vivo en Arlington, Virginia. Hace 23 años le dije a mi mamá que quería venir a Estados Unidos a buscar una forma de ayudarnos. Ella se sentó conmigo y me dijo que lo pensara bien, porque si me lanzaba al agua ya no había vuelta atrás. Jamás había sentido tanto miedo, pero sabía que era lo mejor para nosotras. Le prometí que aunque me fuera, la iba a cuidar desde lejos. Así, agarré mis maletas y me moví para acá. Mi viejita es lo más importante para mí y velo porque nunca le hagan falta sus medicinas. Ella es viuda y soy hija única, por eso me comprometí a sacarla adelante sí o sí. Así, desde Arlington Virginia, trabajo por el bienestar de mi mamita.