Mi nombre es Sandra, tengo 44 años y vivo en Xela con mi nene. Desde hace tres años que mi esposo agarró camino para los Estados Unidos, porque quiso buscar una mejor oportunidad. Todos los días nos hace falta, pero sé que él está trabajando por nosotros. Todas las noches le cuento a mi hijo que su papá es un héroe porque por él podemos dormir tranquilos. Y es que es gracias a la remesa que mi esposo nos manda que pudimos salir de las deudas de la casa. Ahora, estamos ahorrando por un terreno bonito para que nuestro hijo crezca feliz. Desde nuestra tierra, agradecemos el compromiso de mi esposo, porque por él tenemos un futuro próspero.